La terapia farmacológica debe ser un componente más del tratamiento dietético y de ejercicio. La medicina no sustituye el plan de alimentación, la actividad física ni el cambio en la conducta alimentaria.
La combinación de medicamentos y cambios en el estilo de vida, produce más del doble de pérdida de peso.
El tratamiento farmacológico está justificado en personas que no han alcanzado la meta planeada o están en una etapa de estancamiento, después de seguir un esquema de alimentación y ejercicio adecuados.
Se puede considerar el empleo de fármacos en etapas tempranas (desde el sobrepeso) para reforzar la reducción del peso corporal y a su vez, alentar a las personas mostrándoles las mejorías en su estado físico y/o con estudios de laboratorio.