Debido a que México ocupa el primer lugar mundial en obesidad en niños y el segundo en adultos; un 40.1 por ciento de la población padece sobrepeso y el 32.4 por ciento sufre obesidad. Varios expertos deliberaron ampliamente sobre este problema de salud pública, señalando que los consensos médicos y las guías de prácticas clínicas para el diagnóstico y tratamiento integrales de la obesidad constituyen un gran avance.
El Dr. Jorge Aldrete Velasco, coordinador de los consensos, médico internista Colegiado y Vicepresidente del Colegio de Medicina Interna de México, indicó que expertos mexicanos de diferentes especialidades médicas, “concluyeron sobre el manejo clínico orientado a la prevención, diagnóstico, tratamiento y control de pacientes con obesidad, en los siguientes grupos: edad pediátrica, mujeres, adulto joven y maduro y en el adulto mayor y grupo con necesidades especiales”.
Esta iniciativa fue impulsada por Medix® y la Asociación Mexicana para el Estudio de la Obesidad (AMEO). La Lic. Rebeca Madrid, Directora Comercial de Medix®, destacó que de acuerdo con la Estrategia nacional de prevención y el control del sobrepeso y obesidad: “Facilitamos la revisión de las iniciativas que se han realizado en materia de prevención y atención del sobrepeso y obesidad, esto con el objetivo de ofrecer el conocimiento de las mejores prácticas clínicas en beneficio del ejercicio profesional de la comunidad médica y de la atención a los pacientes”.
Por otro lado, los consensos se incorporan a la citada estrategia que dispone que en materia de atención médica se establecerá un modelo de atención integral con base en la prevención activa, la distribución eficaz de insumos y medicamentos, la capacitación de personal y la incorporación de las innovaciones en tecnologías de la información, explicó el Dr. Raúl Morín Zaragoza, Presidente Fundador de la AMEO.
El Dr. Jorge Aldrete Velasco, comentó que los consensos se efectuaron integrando a expertos médicos de Asociaciones y Colegios Médicos para tratar un tema de salud pública mundial que en México es prioridad. En donde destacan los siguientes aspectos: falta hacer prevención, campañas con los médicos y promover la modificación de hábitos y conductas.
“No hay que olvidar que el impacto de la obesidad: es un grave problema y hay que observarlo por grupos. Este problema de salud debe observarlo y tratarlo el médico que ve a cada paciente, independientemente de su especialidad y debe recordar que bajar de peso es una carrera de resistencia, no de velocidad”, recalcó.
Asimismo mencionó que los consensos serán sometidos para su publicación a distintas revistas médicas: la Revista del Hospital Infantil “Federico Gómez”, la Revista de la Asociación mexicana de Ginecología y Obstetricia y en la Revista del Colegio de Medicina Interna de México. Se realizarán reimpresiones para su distribución en Foros Médicos de Especialidad y de Medicina General, y se difundirán a la comunidad médica a partir de enero de 2015.
La prevención de la obesidad infantil se fundamenta en tres puntos, señaló la Dra. Ninel Coyote Estrada, Secretaria-Tesorera de la Sociedad Mexicana de Endocrinología Pediátrica, Coordinadora del Consenso de Obesidad Infantil, y éstos son:
1.- Alimentación. Evitar la comida chatarra y las bebidas azucaradas y procurar la ingesta de alimentos saludables con una dieta balanceada.
2.- Ejercicio físico. Hacer actividad física o algún deporte; caminar, subir escaleras, andar en bicicleta, patines, nadar, brincar la cuerda, por ejemplo.
3.- Eliminar el sedentarismo. Evitar que los niños pasen muchas horas sentados frente al televisor o jugando videojuegos o sin realizar alguna actividad física por periodos prolongados de tiempo.
Conjuntamente dijo que la obesidad se previene desde la lactancia, procurando brindar el alimento apropiado al neonato. Informó que 95% de la obesidad es exógena, es decir, que ingerimos más de lo que necesitamos.
Por su parte, el Dr. Enrique Reyes Muñoz, Coordinador de Endocrinología del Instituto Nacional de Perinatología y colaborador del Consenso Obesidad en Mujeres, comentó que en términos generales, en las mujeres entre 19 y 45 años se observa una prevalencia de obesidad y sobrepeso del 73% por ello es urgente implementar acciones para tratar de reducir esta prevalencia e identificar riesgos asociados.
En pacientes no embarazadas existe un riesgo incrementado de síndrome metabólico, diabetes e hipertensión arterial. Señaló que en las mujeres embarazadas con obesidad se desarrolla el peligro de padecer diabetes gestacional, preeclampsia, muerte de feto en útero y un mayor riesgo de nacimiento por cesárea y de tener recién nacidos macrosómicos- con peso mayor a 4 kilos-.
Encaminado a la prevención, el consenso establece que se debe tratar de modificar la dieta y cambios en el estilo de vida para encaminar al paciente a obtener un peso más saludable, y si no existe una respuesta, se debe evaluar el uso de medicamentos.
La Encuesta Nacional de Salud 2012 reportó una prevalencia global de sobrepeso y obesidad en adultos de 20 años, más de 73% en mujeres y 69.4% en hombres. Por cada 15 kilos arriba del peso ideal, la probabilidad de muerte temprana se incrementa 30%, explicó el Dr. Carlos Lenin Pliego Reyes, Secretario General del Colegio de Medicina Interna de México y Coordinador del Consenso en Adulto varón Joven y Maduro.
¿En qué se basa el diagnóstico? El diagnóstico se basa en peso, talla y circunferencia abdominal, igualmente se identifican enfermedades relacionadas, así como la evaluación nutricional y psicológica. Para fines estadísticos se considera como riesgo cardiovascular una circunferencia de cintura mayor o igual a 80 centímetros para mujeres y mayor o igual a 90 centímetros para hombres.
¿Cómo se divide el tratamiento? El tratamiento se divide en no farmacológico, en el que se considera la combinación de alimentos bajos en calorías, la educación nutricional, una mayor actividad física y la terapia conductual. El tratamiento farmacológico se considera en pacientes con índice de masa corporal igual o mayor a 30 kg/m2 o igual o mayor a 27 kg/m2 cuando existen comorbilidades asociadas con la obesidad.
El criterio de respuesta es que el paciente pierda, al menos, 2 kg en las primeras cuatro semanas de tratamiento.
La obesidad se relaciona con enfermedades que afectan a la mayoría de los sistemas del organismo: hipertensión, dislipidemia, diabetes, enfermedad coronaria, infarto cerebral, patología biliar, síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), osteoartropatía y ciertos tipos de cáncer, indicó la Dra. Guadalupe Castro Martínez, Expresidente del Colegio de Medicina Interna de México y Coordinadora del Consenso Obesidad en Adulto Mayor y Grupos Especiales.
Las herramientas terapéuticas incluyen: intervención en los estilos de vida, dieta adecuada, actividad física, modificación del comportamiento, farmacoterapia y cirugía (en caso necesario).
La evaluación del estado nutricio es trascendental debido a los cambios fisiológicos asociados al envejecimiento. Debe elaborarse un régimen alimentario conveniente, personalizado (de acuerdo a la edad, los resultados de valoración nutricional, la dinámica en hábitos alimentarios, los factores familiares, etc.).
Sin duda, realizar ejercicio de forma frecuente favorece la calidad de vida, tanto de forma preventiva como en casos de enfermedad. La actividad física debe ser individualizada, combinada por ejercicio aeróbico, de resistencia y flexibilidad, para optimizar la función física y reducir la pérdida muscular relacionada al envejecimiento.
Los medicamentos reductores del peso se consideran en segunda opción, pues estos pacientes tienen un alto riesgo de perder peso a expensas del músculo; por tal motivo es recomendable la combinación de dieta y ejercicio. Se debe reducir entre 10 y 15% del peso corporal a largo plazo. Respecto a este grupo de edad no se recomienda algún tipo de intervención quirúrgica bariátrica.