Uso Racional de Medicamentos en el Sobrepeso | Medix
Introducción
A lo largo de la historia de la humanidad, el autocuidado, es decir, el propio tratamiento de los signos y síntomas de enfermedad que las personas padecen, ha sido la forma más utilizada para el mantenimiento de la salud.
Hoy en día, en que afortunadamente vivimos en un tiempo y en una sociedad con una atención sanitaria desarrollada, con medicamentos y técnicas quirúrgicas eficaces, necesitamos comprender que el autocuidado sigue siendo necesario, tanto para el manejo de enfermedades agudas no graves, pero muy frecuentes, como para la prevención (en forma de hábitos de vida saludables) de las entidades que hoy en día son la causa principal de enfermedad y muerte (patologías cardiovasculares y cáncer).
Durante mucho tiempo gobernó, el modelo de relación médico-paciente (dominante por el profesional de salud) donde se ordenaba de modo imperativo las acciones a seguir y la capacidad de autonomía y de decisión del propio enfermo era anulada, bajo la excusa de una supuesta incapacidad para opinar o tomar las decisiones que afectan su propia salud y enfermedad. Desafortunadamente, esta actitud aún persiste en muchos profesionales de la salud. Con este planteamiento, tomar un medicamento por propia iniciativa para buscar el alivio de una enfermedad o de un síntoma, es calificado de erróneo y peligroso para el individuo.
Con base en estos antecedentes, el objetivo de este artículo consiste, por un lado en exponer de manera clara las prácticas relacionadas al consumo de medicamentos que pueden constituir un riesgo para la salud y por otro lado definir la automedicación responsable y las estrategias que podrían seguirse para reducir los riesgos del uso irracional de medicamentos.
Uso racional de medicamentos: definición
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y las leyes de salud apuestan por un uso racional de los medicamentos que consiste en que los pacientes reciban la medicación adecuada a sus necesidades clínicas, en la dosis correspondiente a sus requerimientos individuales, durante un período de tiempo adecuado y al menor costo posible para ellos y para la comunidad. Cualquiera que sea el desvío que produzca una o varias de las condiciones mencionadas, conlleva al uso inadecuado y potencialmente dañino. En este sentido, es importante entender al medicamento como un instrumento de salud y no como un bien de consumo, por lo que su uso debe adecuarse a las necesidades de cada individuo.
Sin embargo, una práctica usual en nuestros días es el autodiagnóstico, la autoprescripción y la automedicación. La autoprescripción denota el uso de medicamentos de expendio bajo receta y que se utilizan sin este requisito; no se debe confundir con la automedicación que se refiere al consumo de medicamentos de venta libre, hierbas o remedios caseros por propia iniciativa o por consejo de otra persona sin consultar al médico.
La autoprescripción y la automedicación constituyen prácticas riesgosas cuyas consecuencias pueden ser entre otras: enmascaramiento de una enfermedad, aparición de reacciones adversas e interacciones medicamentosas, aumento de la resistencia a agentes antimicrobianos, elección incorrecta de medicamentos y riesgo de abuso y fármacodependencia.
También se ha mencionado que el uso irracional de medicamentos es el causante de entre 8 y 10% de los ingresos a hospitales, del 25% de los ingresos de personas mayores de 65 años, del 10 al 15% de las consultas de urgencias y del 50% de resultados insatisfactorios en los tratamientos administrados.
Por otra parte, la misma OMS ve en la automedicación responsable una fórmula válida de atención a la salud en las sociedades desarrolladas. Hoy en día la automedicación responsable debería ser entendida como “la voluntad y capacidad de las personas o pacientes para participar de manera inteligente y autónoma (informados) en las decisiones y en la gestión de las actividades preventivas, diagnósticas y terapéuticas que les atañen”.
Entre los argumentos a favor de la automedicación destacan la accesibilidad, la comodidad y el menor costo en el tratamiento de ciertos síntomas; a ello se añaden la descongestión del sistema sanitario y la reducción de la pérdida de actividad laboral y escolar.
¿Qué diferencia existe entre la automedicación responsable y la clásica automedicación?
La automedicación responsable requiere un conocimiento previo de los síntomas leves y menores hacia los que van dirigidos los medicamentos
Va en contra de la autoprescripción o uso indiscriminado de fármacos sin indicación ni supervisión por el médico
Incrementa la autonomía y responsabilidad de las personas en su salud.
Se debe tener en cuenta que, de acuerdo con algunos reportes, un gran número de consultas son motivadas por patología susceptible de realizar un correcto autocuidado y automedicación responsable (figura 1).
Figura 1. Esquema de colaboración médico-paciente.
Adaptado de referencia 1.
Automedicación responsable ¿cómo la podemos practicar?
El profesional de la salud desempeña una función primordial en la educación sanitaria. Sin embargo, tu como paciente tienes el derecho de comentarle al médico que has usado este u otro medicamento que previamente hubiera o no requerido de su prescripción. De esta manera, el médico tiene la obligación de proporcionar toda la información referente a las características, beneficios, riesgos o consecuencias posibles de esa decisión de una forma lo suficientemente clara para entender de mejor manera cuál es la enfermedad que padece, el grado de importancia que tiene, por qué necesita o no un tipo determinado de tratamiento y por qué sería conveniente la valoración médica. Una vez hecho esto, seguramente tendrás la información necesaria para una automedicación responsable la próxima vez.
Por ejemplo, si a cualquier paciente se le explica por qué y para qué se le receta o no un medicamento, comprenderá y aceptará de mejor grado las decisiones que se tomen. Aunado a lo anterior, si el paciente no está informado y ha comprendido que el tratamiento de la obesidad o de otra enfermedad crónica requiere de una duración a largo plazo para disminuir el riesgo cardiovascular o que la duración del tratamiento con antibióticos debe ser de al menos de 10 días para la completa erradicación de las bacterias, difícilmente se conseguirá un uso racional de los medicamentos.
Comentarios finales
La automedicación irracional es un concepto alarmante que requiere la atención de todos los involucrados como son los pacientes, los médicos, el personal de farmacia, las autoridades sanitarias y la industria farmacéutica, entre otros actores.
Los médicos, en particular, son educadores y técnicos en la tarea de ayudar a los pacientes y sus familias a cuidar y restablecer su propia salud. En su ejercicio profesional, el médico tiene la obligación de brindar información y educar al paciente en todo lo relacionado al proceso salud-enfermedad. Esta manera de entender a la profesión médica como apoyo al propio autocuidado facilita el entendimiento de las condiciones de uso de los fármacos.
Por estas razones es importante consultar al profesional de la salud quién evaluará tu estado de salud y determinará el tratamiento más adecuado para tu condición.
No pongas en riesgo tu salud ni la de tu familia, no te autoprescribas. Consulta a tu médico y surte tus medicamentos sólo en farmacias autorizadas.
Por último, los médicos aconsejan el empleo de medicamentos, pero el paciente decide. Solamente mediante pacientes convencidos y bien informados se conseguirá disminuir la automedicación desordenada y errónea, así como el incumplimiento terapéutico.