Manejo psicológico en personas con obesidad | Medix - 0

Manejo psicológico en personas con obesidad | Medix

Debido al carácter crónico y multifactorial de la obesidad, los lineamientos del tratamiento incluyen una terapia médica-farmacológica, nutricional, psicológica y de actividad física que facilite el éxito de la intervención. Las intervenciones simplistas que sólo consideran un solo componente presentan las menores probabilidades de éxito terapéutico.1,2

“No sé por qué estoy gordo, ¡si como poco!” Muchos hemos escuchado esta expresión de personas con obesidad y comúnmente quieren saber cómo llegó la enfermedad. En diversas investigaciones se ha documentado que las personas con obesidad minimizan lo que comen por un defecto en la cognición (darse cuenta de) relacionado con la imagen que cada uno tiene de sí mismo, la cual no siempre es compartida por los demás. Esta situación se conoce como distorsión cognitiva y no solo ocurre en este padecimiento: el paciente con abuso de sustancias puede minimizar el número de pastillas ingeridas y el alcohólico las copas que ha bebido.

Cuando se pide a las personas con obesidad el registro de los alimentos que consume, anotando la hora y el sitio donde los come, así como el sentimiento que experimenta mientras lo hace, resulta que el primer sorprendido es él mismo, cuando se percata del número de veces que se sirve el mismo guisado a la semana o de los litros de refresco que bebe, las tortillas, el pan o los bocadillos que consume regularmente.1

En sentido estricto, la obesidad no es una adicción, pero sí comparte conductas específicas anormales como almacenar comida en los sitios que frecuenta la persona (closet, cama, buró, oficina, automóvil, etc). Además, también se ha descrito que la persona con obesidad tiene una conducta de búsqueda de alimentos en particular ricos en energía, azúcares y grasas, los cuales tienen un efecto placentero que refuerza la conducta alimentaria inadecuada.1

La obesidad no es una adicción, pero sí comparte conductas como almacenar comida en los sitios que frecuenta la persona.

Por estas razones, el psiquiatra y el psicólogo forman parte del equipo interdisciplinario cuya intervención tiene el objetivo de determinar si hay algún componente del problema de obesidad que corresponde al área de la salud mental, es decir, ¿existen factores emocionales o situaciones de vida difíciles que hayan provocado un cambio en el estilo de vida o episodios depresivos que contribuyen a la obesidad?1

Tampoco se debe olvidar que las personas con obesidad son blanco de prejuicios y discriminación. Este prejuicio puede ser compartido por los proveedores de servicios de salud, si perciben al paciente como débil de voluntad, torpe o repulsivo.1

Para iniciar un programa de control de peso, resulta indispensable valorar la motivación y el compromiso de los pacientes para enfrentar su padecimiento. Al respecto, resulta muy útil ubicarla en el modelo de las etapas de cambio que se describen a continuación:1

  • Precontemplación: la persona niega que su condición o conducta sea un problema. Ve más ventajas que desventajas, y se siente capaz de manejar la situación. Por consiguiente, no está motivado para cambiar
    • ¿qué hacer? Proporcionar información sobre las desventajas de continuar con esa conducta; enfocarse en el problema, no en la necesidad de cambio.
  • Contemplación: la persona reflexiona sobre el problema y sus consecuencias, comienza a considerar la necesidad de cambio, aunque no lo visualiza a corto plazo.
    • ¿qué hacer? Fomentar el autoanálisis y hacer más consciente del problema al sujeto.
  • Preparación: la persona está lista para llevar cambios en la conducta.
    • ¿qué hacer? Comprometer más a la persona con el cambio ¿qué está dispuesto a hacer para incrementar el control?
  • Acción: la persona ya está cambiando sus hábitos, por ejemplo, está caminando 25 min/d, ha reducido el consumo de las bebidas azucaradas, etc.
    • ¿qué hacer? Ayudar en la definición de metas cortas, sucesivas y alcanzables, identificar situaciones en riesgo y aprender a enfrentarlas.
  • Mantenimiento: el paciente se esfuerza por mantener y fortalecer los cambios logrados, pues se trata de consolidarlos.
    • ¿qué hacer? Apoyar y reconocer el cumplimiento de los objetivos y resaltar los recursos y las fortalezas de la persona. Invitar al autoanálisis sobre los cambios más visibles. También conviene señalar los beneficios adquiridos (bienestar físico y emocional).

Para iniciar un programa de control de peso, es indispensable valorar la motivación y el compromiso de los pacientes para enfrentar su padecimiento.

Además, como parte de la evaluación médica es importante considerar los siguientes puntos del área psicológica:3

  • ¿Qué motivos llevaron a la persona a intentar el control del peso?
  • Conocer las expectativas sobre la velocidad y magnitud de pérdida de peso, así como los beneficios asociados con esta disminución (laborales, académicas, maritales, etc)
  • Evaluar la percepción de la persona sobre la causa del exceso de peso y los motivos para abandonar los intentos previos de control de peso.

¿Cuál es el objetivo de la psicoterapia en personas con obesidad?

Aunque la respuesta podría ser sencilla, muchas personas nunca han considerado a la intervención psicoterapéutica como parte del tratamiento antiobesidad. Comentarios como “no estoy loco” “a nadie le importa mis emociones” “no creo que el psicólogo/psiquiatra me ayude con mi enfermedad” “mi enfermedad es física, no mental, etc”, suelen ser comunes en la práctica clínica sin embargo reflejan el desconocimiento de la obesidad como enfermedad, donde las modificaciones al estilo de vida son imprescindibles, por lo tanto, el objetivo inicial de la psicoterapia en las personas con obesidad que están en tratamiento consiste:1,4

  • Facilitar la permanencia y adherencia al tratamiento integral, es decir que asista a las consultas necesarias con cada especialista y supere los obstáculos para seguir las indicaciones de cada uno.
  • Adquirir conciencia de la forma en que participa en la perpetuación de conductas que favorecen el aumento de peso y consolide los cambios que requiere el tratamiento por más de seis meses.
  • Mejorar la autoestima, el autoconcepto y la autoimagen.
  • Comprender el simbolismo que el paciente da al alimento como medio de transferencia de sus emociones negativas.
  • Ayudar a romper la relación emocional de ingerir alimento durante situaciones de estrés o emocionales.
  • Evitar las recaídas.

La psicoterapia puede mejorar la autoestima, el autoconcepto y la autoimagen.

Motivación para la actividad física y el ejercicio

La práctica de actividad física y ejercicio representa el factor predictivo del mantenimiento del peso perdido a largo plazo. Los principios básicos en la promoción de la práctica de ejercicio consisten en encontrar un programa atractivo, realista, factible y sostenible para cada individuo. Se debe trazar una pequeña meta alcanzable, la cual opera como un motivador psicológico y promueve la autoeficacia. Por ejemplo, podrías salir de casa y caminar 10-15 min tres veces a la semana. Después de lograr esta meta por cuatro semanas, se incrementa otros 5-10 min por cuatro semanas más y cumpliendo esta meta se realizan nuevos incrementos en tiempo e intensidad. De esta manera se facilita el apego al plan de ejercicio y se minimiza el riesgo de lesiones o fatiga excesiva. En el cuadro 1 se describe un ejemplo de ejercicio por etapas.1,5

Referencias

  1. Austrich SEM. Aspectos psicológicos y psiquiátricos de la obesidad. En: Méndez-Sánchez N, Uribe EM. Editores. Obesidad. Conceptos clínicos y terapéuticos 3ª edición. México: McGraw-Hill; 2013. Pp. 249-282.
  2. Vázquez EF, Ruiz FLG. Aspectos psicológicos de la paciente obesa. En: Ramiro HM, Saita-kamino O. editores. Obesidad. Temas de medicina interna. México: McGraw-Hill; 2000. Pp. 119-131.
  3. Tena SA. Estrategias psicológicas de apoyo para el tratamiento nutricio del paciente con obesidad. En: Suverza FA, Haua NK. Editores. Obesidad. Consideraciones desde la nutriología. México: McGraw-Hill; 2012. Pp. 207-222.
  4. Pliego-Reyes CL, Alcántar-Ramírez J, Cárdenas-Cejudo A, y cols. Consenso multidisciplinario de prevención, diagnóstico y tratamiento de la obesidad en el varón joven y maduro. Med Int Mex. 2015;31:414-433.
  5. Masliah MC. Recomendaciones sobre actividad física. En: Suverza FA, Haua NK. Editores. Obesidad. Consideraciones desde la nutriología. México: McGraw-Hill; 2012. Pp. 155-171.

Todo plan de reducción de peso deberá ser evaluado y aprobado por un profesional de la salud, consulte a su médico. La información de esta sección es con fines orientativos.