La asociación entre obesidad y diabetes tipo 2 se conoce desde hace mucho tiempo. Las estadísticas señalan que entre 60% y 90% de todos los pacientes con diabetes son o han sido obesos. Los mecanismos que tratan de explicar esta asociación aún no se comprenden en su totalidad sin embargo, estudios recientes indican que la ingesta excesiva de alimentos promueve una alteración en el tamaño y el número de las células de grasa en el organismo lo que desencadena una respuesta inflamatoria que induce la secreción de moléculas que agravan el estado inflamatorio y entorpecen el uso adecuado de la glucosa por las células del organismo. En las siguientes líneas se explicará la relación entre obesidad y diabetes.
El tejido adiposo, que contiene a las células grasas, llamadas «adipocitos» cumple tres funciones:
Almacenar grasa
Remover las grasas de la sangre para impedir que se almacenen en otros órganos y tejidos
Sintetizar hormonas y compuestos que cumplen diversas funciones en el cuerpoEn personas con obesidad todas estas funciones están alteradas, por lo que se incrementa la concentración de grasas en la sangre (ácidos grasos) las cuales pueden depositarse en otros tejidos y órganos.
Esto ocasiona que principalmente las células de los músculos, reduzcan su capacidad para captar la glucosa (principal fuente de energía). Ante esta situación, el páncreas incrementa la producción y la secreción de insulina (hormona que favorece la captación de glucosa).
Sin embargo, con el paso del tiempo el páncreas ya no es capaz de secretar las cantidades suficientes de insulina para sobrepasar la resistencia y entonces aparecen los estados de intolerancia a la glucosa y después la DM2, que suele manifestarse con los siguientes síntomas:
- Constante necesidad de orinar
- Sed inusual
- Hambre extrema
- Aumento o pérdida de peso
- Infecciones frecuentes
- Visión borrosa
- Hormigueo o entumecimiento en las manos o en los pies
La cifra normal de glucosa en sangre en ayuno (abstinencia de la ingesta de alimentos por un lapso de 8 horas) debe ser menor a 100 mg/dl. Si tienes un valor superior a éste, debes consultar a tu médico.